La calidad melódica de este pasodoble, que en su fraseo musical contiene bellos motivos folklóricos de la comarca alcoyana, semeja estar perfumada por las auras del Carrascal y del Alberri -Montes aledaños a Alcoy -, y al escuchar esta pieza festera se siente como una añoranza de pasados tiempos, un sentimiento profundo de patria íntima, que se filtra en el alma al conjuro de la música sencilla, diáfanamente expresiva y, sobre todo, hondamente alcoyana y festera.