Al igual que el pasodoble Consuelito Pérez, esta marcha mora también fue encontrada muchos años después que la escribiera el autor, si bien de la misma sólo existía el guion del director y no estaba desarrollada. Al compositor José María Ferrero Pastor la familia le hizo el encargo de terminar la partitura, pero un accidente de tráfico sesgó la vida del músico de Ontinyent por lo que el trabajo tuvo que finalizarlo el director contestano José Pérez Vilaplana.
Se estrenó el año 1997 coincidiendo con el cincuenta aniversario de la muerte de Gustavo Pascual Falcó. La curiosa circunstancia, de que de nuevo, y mucho tiempo después de fallecer el compositor apareciera un nuevo trabajo, provocó el título de la misma.