Dedicada a la escuadra «Imposibles» integrada en la comparsa Berberiscos de Ontinyent.
“¡Eso es imposible!”, fue la frase más escuchada aquella tarde de verano en que unos amigos del mestre que pertenecían a la comparsa Berberiscos fueron a ayudarle a subir un piano hasta la buhardilla de su casa, cuando vieron el hueco por el que éste había de ser introducido. El esfuerzo de aquellos amigos (el Pando, Manchono, Mollá, el Sosio, Pepe Serna, Donat, Rata-plam, Manolo Gisbert, Gonzalo Gandía) bien valió que unos años después el primer pasodoble que compuso Jose Mª Ferrero fuera dedicado a ellos. El título escogido Imposibles, sería elegido posteriormente por ellos para poner el nombre a su escuadra.