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Serrano Simeón, José

El maestro Serrano, Josep Calixto Serrano Simeón nació en el número 54 de la calle de Virgen de la población de Sueca, en la comarca de La Ribera, el día 14 octubre del año 1873.

Hijo de José Serrano Marí, de profesión labrador, poeta y músico mayor y director de la Banda de Música de Sueca, y de Clara Simeón. A los cinco años, contagiado de la afición musical de su padre, aprendió solfeo y a una edad muy pronta comenzó los estudios de piano y guitarra. Su padre quiso que pronto se iniciara en el arte musical y se lo llevó con él a la Banda de Música que dirigía, dándole pronto, después de saber los primeros cuadernos de solfeo, el instrumento.

Le da primero el triángulo y después la trompa, apareciendo ya de pequeño uniformado como músico de esa formación. A los seis años, visto las dotes musicales que tenía, su padre le compró un violín, difícil y delicado instrumento, que pronto dominará con habilidad. Ya en esa edad comienza a ayudar a su padre en la academia de música que tenía en Sueca. Fue un maestre precoz gracias a las casualidades innatas para la música que poseía.

Todavía adolescente, su padre le mandó a estudiar al Conservatorio Superior de Música de Valencia donde le dieron lecciones de armonía y composición con el maestro Salvador Giner, de piano con el maestre Roberto Segura y de violín con el maestre Andrés Goñi. A sus 18 años de edad, José Serrano ya había compuesto varias piezas musicales parar a banda, una Misa y diversas canciones. De esta época son bastantes las piezas que compuso para las veladas musicales, sobre todos romances, que escribía a petición de amigos muy allegados, de sus convecinos de Sueca.

En el verano de 1892 José Serrano, joven aún, pasó el verano en Simat de la Valldigna, donde estaba de cura un primo suyo, Eliseo Serrano Biguer. Conocedores los de la banda del pueblo de que tenía grandes cualidades para la composición, le pidieron que les hiciera un pasodoble. Se pasó la noche componiéndolo y, al día siguiente, se lo entregó. El titulado, como no, «Simat», el nombre del pueblo, pasodoble que todavía sigue siendo muy recordado. Es una reliquia y un honor para las bandas de la comarca interpretarlo. Este pasodoble lo incluyo Serrano en la zarzuela «El motete», con la que comenzó a darse a conocer en Madrid obteniendo los primeros éxitos de su carrera profesional. A los 20 años marchó a Madrid donde inicialmente tuvo una vida bastante complicada y dura. Llevaba una carta de recomendación para el músico alicantino Chapí, pero este no le hizo ningún caso. Serrano se dedicaba a ganarse la vida tocando el violín en un café, haciendo críticas musicales en una revista y dedicándose a copiarles partituras al compositor Fernández Caballero. No había fotocopiadoras y el trabajos monótono, durísimo y repetitivo de copiar para cada instrumento de una banda o orquesta había que hacerlo a mano. En el Conservatorio de Madrid obtuvo una beca por oposición que le permitió estudiar cubriendo las necesidades mínimas, siendo sus maestros los profesores Jesús de Monasterio y Emilio Serrano Ruiz. Como pudo sobrevivió e intentó introducirse en el mundillo artístico, del espectáculo. Al final consiguió conocer a los hermanos Álvarez Quintero, ya en el año 1899, cuando hacia siete años que deambulaba por la capital de España, en contra del parecer de su padre quien reiteradamente le aconsejaba que volviese a Valencia, al ver que no conseguía nada. Los hermanos Álvarez Quintero le dieron un llibret muy difícil de arreglar musicalmente y en pocas perspectivas de éxito. José vio en aquel momento su gran oportunidad de darse a conocer en Madrid componiendo una obra en la que destacaba por su expresividad musical un romance y un pasacalle. Se estrenó en abril de 1900 con gran éxito público. No obstante, no sería hasta el 1903, once años después de haber salido de Sueca, cuando le llegaría el éxito y la fama a Serrano. Los Hermanos Àlvarez Quintero le dieron a musicar el llibret de «La Reina Mora», en la que se manifiesta un extraordinario compositor de zarzuela en la que arrasó en el mundo del espectáculo madrileño. El éxito fue clamoroso, hasta el extremo de que se convirtió en la zarzuela más representada en España y América.

El gusto musical de Serrano ha ido calando en el ambiente madrileño y se extiende por toda España. En 1904 se estrena «La Torería», libro escrito por Antonio Paso i compuesto por Serrano. Le siguieron, ahora de la mano del poeta valenciano Maximilia Thous, la zarzuela «Moros y Cristianos» y «La casita blanca». La vida comienza a rodarle bien y ya no tenía que malvivir de trabajos precarios o pidiéndolos. Más bien al contrario, el trabajo lo buscaba a él. Se especializa en zarzuelas. Se pone de moda su nombre, fama que llega fuera de las fronteras. En 1906 compuso y estrenó «La infanta de los bucles de oro», i más tarde pondría en escena «El corneta de órdenes» y «El Olivar». Por entonces, Tomàs Trénor Palavicino, Marqués del Turia, organizador de la Exposición Regional de Valencia, le encargó que compusiera el Himno de aquella exposición, al que le puso la letra el poeta Maximilià Thous, y fue estrenado solamente delante el Rey Alfonso XIII y de su esposa en la visita a Valencia para la inauguración de la Exposición, el 22 de mayo de 1909. La primera interpretación, el estreno mundial del Himno Regional, corrió a cargo de una masa orquestal y coral en la que participaron más de 100.000 ejecutants y fue tan brillante que el Rey pidió que se repitiera. La belleza y pomposidad del himno hizo que se convirtiese en el himno oficial, reconocido en el Estatuto Autonomía como símbolo musical de la comunidad. Por haber compuesto este himno y escrito «La canción del soldado», estrenada con gran éxito en la plaza de toros, de Valencia en 1917, le otorgaron la Gran Cruz al Mérito Militar.

Para a la coronación pontificada de la imagen de la Virgen de los Desamparados, en el año 1923, la Diputación de Valencia le encargó el himno oficial de la Coronación, pero él no se atrevió porque veía que era una obra muy importante para él y el encargo le causaba mucho respeto. Compuso, no obstante, una pieza musical «ad hoc» que se titula «Valencia Canta», homenaje musical a la Virgen de los Desamparados. Esta composición se estrenó en la plaza de la Virgen de Valencia el 24 de mayo de 1923, dentro del programa oficial de les fiestas de la coronación de la Virgen delante de un nutrido auditorio que abarrotaba la plaza. En 1929 la comisión de la Falla de la calle de la Paz de Valencia le encargó un himno para la misma, y compuso el pasodoble «El Fallero», pasodoble que se había convertido prácticamente en el himno de les fallas. Es la pieza musical más repetida en el mundo fallero a lo largo del año.

Escribió una ópera que terminó al morirse el 8 de marzo de 1941, «La venta de los gatos». Dos años más tarde se estrenó en el teatro principal de Valencia después de que acabara de musicarla el maestro Estela.

Valencia y muchísimos pueblos valencianos, han dedicado calles en su recuerdo. La capital además le levantó un monumento en la avenida del Reino de Valencia.

Falleció en Madrid el 8 de marzo de 1941

 

(Fuente: Diccionario de la Música Valencina, Tomo II, de Vicente Galbis López, 1000 Músicos Valencianos de Bernardo Adam Morales; www.diezarnal.com)

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