Obras

Total de obras: 38

Ferrero Pastor, José Mª

Nace en Ontinyent  (Valencia) el 21 de diciembre de 1926. Su padre, que regentaba un negocio familiar a la vez que tocaba la trompa en la banda de la Unión Musical, fue quien le transmitió  la afición musical así como las primeras nociones de solfeo.

A los nueve años inicia sus estudios musicales asistiendo a las clases de solfeo que en la Unión Musical ofrecía el profesor D. Benito Rodrigues. Ya de joven demostró grandes dotes e inquietudes musicales iniciándose como instrumentista de alto trompa, aunque su verdadera ilusión era haber sido trompetista,  pero las circunstancias de la época y las necesidades de la banda le forzaron a cambiar de instrumento, entrando a formar parte en 1940 de la plantilla de la banda, por entonces denominada de F.E.T y de las JONS con el alto trompa, pasando ya posteriormente como instrumentista de trompa,   instrumento que llegó a dominar a la perfección.

Continuó sus estudios de teoría del solfeo de manos de D. Miguel Asensi, por aquel entonces director de la banda, siendo posteriormente la tutela del Rvdo. P. Vicente Pérez-Jorge quien sería su verdadero maestro y mentor musical, instruyéndole en el estudio del piano, armonía, contrapunto y composición, coincidiendo como alumno con futuros músicos y compositores de la talla de D. Luis Blanes Arques, entre otros. Convalidó sus estudios de composición e instrumentación en los conservatorios de Valencia y Sevilla, con un sobresaliente final de carrera.

Su vocación como instrumentista le llevó a preparar unas oposiciones a trompa para la banda de la academia del aire de San Javier en 1945. Pero su padre y su profesor P. Pérez-Jorge, le convencieron para que desistiera de ello, pensando más en su carrera  como futuro director de la banda y maestro de música de su pueblo, algo que no les resultaría difícil de conseguir dado el excesivo sentimiento localista que tenía  el  joven Ferrero.

Ese mismo año,  cuando contaba con 19 años de edad, compuso su primer pasodoble en el que ya se vislumbraba cual iba a ser  el vínculo con la ciudad que le marcaría a lo largo de toda su vida: su  título Onteniente. Su siguiente composición sería un pequeño vals dedicado a su primer sobrino titulado Tonín compuesto en mayo de 1946.

En 1947 es destinado a Valencia donde realizaría el servicio militar. Durante este período de tiempo y con la ayuda de D. Ramón Corell, entonces director de la Banda Unión Artística Musical, acude asiduamente a los ensayos de la orquesta municipal de Valencia donde empieza sus primeras nociones y experiencias en el campo de la dirección. Es en este  tiempo cuando compone los pasodobles Morell Seguí, dedicado  a sus padres, y  Ricofran dedicado a sus tres mejores amigos del servicio militar.

A su regreso a Ontinyent se incorporó como auxiliar en la banda, impartiendo clases de solfeo a los educandos, labor a la que daba mucha importancia y que sería lo que definitivamente le haría involucrarse al cien por cien en la sociedad musical, rechazando propuestas de otras poblaciones para dirigir distintas bandas. A lo largo de su vida la formación musical de los educandos estuvo muy presente entre sus prioridades, lo que le hizo luchar ya desde aquellos momentos hasta conseguir por parte de las autoridades locales un espacio digno para el desarrollo musical. Esta inquietud la mantendría hasta el día de su muerte.

La década de los sesenta supuso la época dorada en la carrera musical de J.M. Ferrero, así como el verdadero reconocimiento tanto a su labor como director de la banda como  a la de compositor. En 1960 compuso tres pasodobles y una marcha mora. Uno de estos pasodobles, Daniel Juan, lo compuso la noche en que falleció su hijo de pocos meses de vida a causa de una enfermedad. Pero sin duda fue en 1964, con la composición de la marcha mora Chimo, cuando realmente alcanzó su mayor éxito. Esta marcha se convirtió casi instantáneamente en el himno de la fiesta de moros y cristianos, siendo la composición más interpretada en cualquier acto festero, destacando su interpretación al unísono por las distintas bandas que participan en las fiestas de moros y cristianos  en distintas poblaciones, en actos creados ex profeso a modo de himno.

Obtuvo sendos primeros premios en los festivales de música festera de Alcoy en los   años 1961 con la marcha mora el Berberisch, en 1965 con la marcha mora el Kábila , y en 1971 con la marcha mora Bon Capitá. En 1966 obtiene un segundo premio con la marcha cristiana Bonus Christianus.

Como dato importante de hasta que punto J.M. Ferrero sabia conectar con el público a la hora de componer esta música popular  al  tiempo de la indudable calidad de sus obras, se dio la circunstancia que el primer premio recibido en el año 1965 con la marcha mora el Kabila, se concedió por votación popular de los asistentes en esa edición del concurso. De los 931 votos emitidos obtuvo 910.

Fue pionero en la grabación de música escrita para la fiesta de moros y cristianos  siendo  en 1960 cuando editó su primer single en el que solo incluía marchas moras,  grabado en Madrid por la banda de concierto dirigida por el maestro Ricardo Vidal.  Un  año después grabaría su segundo single en el que incluyo dos pasodobles y dos marchas moras. Posteriormente grabaría un LP en 1970 bajo el título “Los moros y cristianos del maestro Ferrero”  en el que se incluía entre otras su famosa marcha mora Chimo, y se completó en 1984 con la edición de un segundo LP y un nuevo single, este último bajo el título  “Protagonistas de la fiesta”.

Se involucró totalmente en el ámbito festero. Fue fundador en 1948 de la comparsa Mozárabes y posteriormente en 1966 de la comparsa Sauditas,  tratando en todo momento de dignificar la música escrita para la fiesta de moros y cristianos a la vez que defender la dignidad del músico intérprete ante el propio festero. Su dedicación a la música, tanto a nivel creativo como docente, fue siempre altruista no percibiendo emolumento alguno por ello. Su vida transcurría entre un pequeño negocio de fabricación y distribución de bebidas gaseosas, su familia y la música, por ello fue una persona muy considerada entre los sectores sociales donde se movía. A su vez, siempre llevaba por bandera a su pueblo natal, convirtiéndose en su embajador, y en especial de sus fiestas, allá donde fuere. Todo esto  le valió en 1967 la imposición de la medalla al mérito festero por parte de la Sociedad de Festeros de Ontinyent.

Prueba de ese altruismo fue el hecho de que por la composición del pasodoble Cervezas El Turia consiguiera que la citada marca pagase los uniformes nuevos de la banda en lugar de percibir cantidad alguna por el citado pasodoble

La década de los 70, en su plenitud musical y humana, vio como su obsesión por la mejora en la enseñanza musical, con el empuje de su viejo maestro el P  Pérez-Jorge, iba a dar sus frutos en 1975 con la inauguración del centro musical, posteriormente conservatorio profesional, José Melchor Gomis, paliando el problema del aislamiento geográfico dando opción a toda una comarca al aprendizaje musical. Previamente había compuesto su obra cumbre, el poema sinfónico Els Morocristians d´Ontinyent, en 1972 en el que recrea la conquista y posterior reconquista de esta villa.

Durante esta década obtuvo diversos premios: en Alicante el primer premio de composición Caja del Sureste con la marcha mora Marroquíes de Petrel en 1974   y en Alcoy el segundo premio con el pasodoble Imposibles en 1976  y la marcha cristiana Apostol Poeta en 1978.

Su idea innovadora sobre la música escrita para la fiesta de moros y cristianos le llevó a componer para el I Congreso de la fiesta de moros y cristianos celebrado en Villena en septiembre de 1974 la marcha mora OVANA, en la que rompía todos los esquemas anteriores en este tipo de composición.

El contacto con los diversos directivos  de la fiesta durante este congreso le hizo entrar a formar parte de la junta de la UNDEF como vocal y asesor musical en 1976, siendo uno de los organizadores del primer centenario de la música festera celebrado en 1982 y promotor y organizador del II Congreso Nacional de la fiesta de moros y cristianos que se celebró en Ontinyent en septiembre de 1985 y del que fue vicepresidente.

Para este segundo congreso, entre otros, organizó un concierto de gala  en el que se estrenaron, interpretados por la banda municipal de Valencia, cinco composiciones sinfónicas y un pasodoble, todas ellas con temas basados en la fiesta de moros y cristianos y en el que intervinieron compositores de la talla de Bernardo Adam Ferrero, Luis Blanes, Rafael Talens, Rafael Alcaraz y Bernabé Sanchis, y en la que José Mª Ferrero estrenó su obra Fantasía Muladiana.

Previamente, en Agosto de 1982, estrenó la marcha fúnebre Cristo de la Agonía  dedicada al patrón de su pueblo Ontinyent, marcha que compuso para que la interpretase su banda, la Unión Artística,  acompañando al patrón.

Falleció el 26 de julio de 1987 en accidente de tráfico. Tras su fallecimiento la Sociedad de Festeros le otorgó la insignia de oro el 16 de Agosto de ese mismo año. En noviembre en sesión extraordinaria del pleno del ayuntamiento de Ontinyent se le concedió el nombramiento de hijo predilecto. El 13 de Marzo de 1988 se le concedió por parte de la UNDEF el título de festero de honor con insignia de oro, y el 24 de Noviembre de ese mismo año se le concedió la medalla de oro de la Diputación de Alicante.

Asimismo la Sociedad Unión Artística Musical, a la que se entregó toda su vida, le nombró Director de Honor con insignia de oro, así como le dedicó su escuela de educandos con el nombre de Escola de Música José María Ferrero.

(Fuente: http://www.mestreferrero.com, biografía)

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